Presentación

Iré aumentando poco a poco estos retazos de la historia criminal de la Iglesia católica, que todos/as deberíamos conocer, pero que por desgracia no enseñan en las clases de adoctrinamiento cristiano que imparten a nuestros hijos/as. Es útil para comprender las actitudes actuales de la Iglesia y sus súbditos. Y es bueno recordar estas historias cuando veamos una imagen pasear por nuestras calles en Semana Santa, el Rocío o tantas y tantas celebraciones que abundan por Andalucía. Detrás de esa belleza artística, estética y acústica pensemos que no hay inocencia y candor: es consecuencia de muchos siglos de imposición, de terror, de torturas en una sórdida mazmorra de la Inquisición, de miles de antepasados andalusíes que fueron quemados vivos por la mayor organización monopolizadora del terror que ha existido jamás. Y hay una actitud de prepotencia, compartida actualmente por muchos de sus creyentes, que han disfrutado durante años del monopolio absoluto y se resisten a tener que convivir con otras creencias.

No sigo un orden establecido. Iré añadiendo apartados poco a poco, sin que cronológicamente exista una ordenación. Y os animo a que este blog se nutra con vuestras opiniones y colaboraciones. Que sea un foro donde interactuemos todos y todas los/as que queremos una sociedad libre de la imposición de la Iglesia.

Que en definitiva este blog sea un foro de encuentro que anime a los que no lo habéis hecho a apostatar. Y que anime también a exigir a las instituciones públicas (esas que pagamos todos/as) que respeten el principio de laicidad en todos esos casos en los que sigue habiendo en una pared o encima de una mesa o en la vía pública una imagen cristiana o un crucifijo. Si no nos consideramos cristianos seamos consecuentes y militantes. Todo lo demás es favorecer a aquellos que condenan el divorcio, el aborto, la homosexualidad, la libertad de culto, etc. Aquellos que históricamente han pretendido convertir a la Ciencia en la "sierva de la Teología", esa oscura pretensión de conomiento basada en fantasías sobrenaturales.

domingo, 17 de abril de 2011

Celibato, desenfreno sexual y perversiones del clero


La norma que prohibía que los curas pudiera casarse después de la ordenación fue oficial a partir del Concilio de Nicea, en 325. Pero ni tan siquiera después pudo la Iglesia invalidar los matrimonios de sacerdotes. Eran ilegales, pero válidos, porque el hombre tiene el derecho natural a contraer matrimonio, algo que ni siquiera la Iglesia podía suprimir. Cuando el Papa Sixto III (432-440) fue juzgado por haber mantenido relaciones sexuales con una monja se defendió reconociendo la depravación que ya imperaba en su Iglesia con una sabias palabras de su maestro Cristo: "Aquel de entre vosotros que no tenga culpa que tire la primera piedra". Nadie tiró la piedra, por lo que pudiera pasar.

A las alturas del s. XV la Iglesia le quitó al sacerdote el derecho a mantener relaciones sexuales con su mujer. Su matrimonio, aunque válido era ilegal, y su unión era a ojos de la Iglesia adulterio.

¿Por qué el el Papado defendía el celibato? No busqueis profundas disquisiciones teológicas que apoyaran esta opción, ni opiniones patrísticas, ni nada del estilo. Como casi siempre, la explicación está en terrenos más mundanos, espúreos y menos celestiales. Para Roma el celibato de los sacerdotes mantenía intactas las posesiones de la Iglesia. La Santa Madre Iglesia condenaba el celibato, pero no le importaba gran cosa la castidad, el concubinato ni la promiscuidad: las concubinas o las prostitutas con las que trataba el clero no podían reivindicar ni para ellas ni para sus hijos el derecho a las propiedades de la Iglesia cuando muriera su amante-sacerdote. La historia del celibato es la historia de la humillación constante de la mujer y el origen de miles de casos de abortos e infanticidios. Pero ya sabemos, esto no le importaba a la Iglesia. Su paraíso era muy terrenal.

¿Qué opinaba el infalible Papa Alejandro II? Que él mismo os lo diga: "El adulterio e incluso el incesto es preferible al matrimonio de un sacerdote". Spiritu Sanctus Ora Pro Nobis...Hay que joderse!!

Gregorio VII, otro ejemplo de santidad, optó por recurrir a las sumisas autoridades civiles para imponer el celibato entre los sacerdotes. Pero fue el gran Urbano II, que Dios lo tenga en su seno, quien en 1095 solucionó el problema del celibato y las pertenencias terrenales de la Iglesia. En el Concilio de Piacenza condenó de una puñetera vez los matrimonios clericales. Vendieron a las esposas de los sacerdotes como esclavas, mientras los curas recibieron un ligero tirón de orejas por ser "chicos malos".

Un posterior capítulo de esta aberración la protagonizó el Papa Calixto II, quien convocara en 1123 el concilio Lateranense I, el primero general de Occidente. Decretó que los matrimonios clericales eran inválidos. ya no solamente eran ilegales. Ahora, pasándose por el arco del triunfo la larga tradición anterior, basada en el derecho natural, eran INVÁLIDOS. El Papa Gregorio Magno, otra prenda por asuntos diversos, sin embargo en esto hubiera disentido radicalmente, pues para él el matrimonio de un cura era válido.

Durante el pontificado de Alejandro III los documentos de la Iglesia empezaron a llamar a las esposas los sacerdotes "concubina" o focariae, una especie de mujer adúltera y pecadora.

Os cuento algo más: Enrique VIII de Inglaterra mandó a Thomas Cromwell que entrara en los monasterios y conventos e investigara qué ocurría en ellos. Esto viene bien saberlo para cuando los cristianos quieren darnos ejemplo de castidad y moralidad. Empezaron entrando en la abadía de Langton. El abad estaba en la cama con una de sus amantes. El Informe que realizó Cromwell relataba que 144 casas religiosas se equiparaban en depravación a Sodoma. Los conventos estaban llenos de niños. El aborto era moneda corriente entre las monjas. El clero tenía tratos carnales con monjas, prostitutas y mujeres casadas. Nada había cambiado. Tras recibir el Informe de Cromwell el Parlamento inglés empezó a suprimir los monasterios.

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